
El colon irritable o síndrome de intestino irritable es una de las enfermedades más frecuentes del aparato digestivo. Se caracteriza por dolor abdominal y cambios en el hábito intestinal. No se conoce exactamente cuál es su causa. Posiblemente sea multifactorial, influyendo alteraciones de la interacción cerebro-intestino, de la flora intestinal y de la permeabilidad intestinal. Al contrario de lo que la gente suele creer no hay ninguna prueba, de laboratorio, endoscópica o de imagen que permita diagnosticarlo. Por tanto no es una enfermedad que se diagnostique a base de hacer todo tipo de pruebas para descartar otras. Esto no significa que no haya que hacer estudios, porque a veces sus síntomas son muy similares a los de otras patologías digestivas. Pero dichos estudios deben hacerse con sentido común y nunca realizando todo tipo de pruebas a todos los pacientes.
Hoy en día el colon irritable se diagnostica cuando el paciente cumple los denominados criterios de Roma IV. Esto significa que para poder decir a un paciente que padece colon irritable debe tener determinado síntomas. Son los siguientes:
Dolor abdominal recurrente en promedio al menos un día por semana en los últimos tres meses, asociado con dos o más de los siguientes criterios:
- Relacionado con la defecación
- Asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones
- Asociado con un cambio en la forma (apariencia) de las heces
Estos criterios deben cumplirse durante los últimos tres meses con el inicio de los síntomas al menos seis meses antes del diagnóstico.
En la práctica habitual ocurre con frecuencia que vemos muchos casos en los que todo apunta al diagnóstico de colon irritable, pero si el paciente en lugar de dolor refería molestias abdominales o bien una duración más corta de los síntomas no le podíamos confirmar el diagnóstico.
Uno de los problemas de estos criterios de Roma IV es el largo periodo de tiempo que debe pasar desde el inicio de los síntomas hasta que se pueda hacer el diagnóstico con certeza. Otro es la diferencia entre molestia y dolor, algo subjetivo imposible de medir por el médico y difícil de valorar por el paciente en muchas ocasiones. Por este motivo se ha hecho una revisión que se publica en el número de marzo de 2022 de la revista Gastroenterology. En dicha revisión se cambian los criterios que debemos seguir los médico para poder diagnosticar colon irritable a un paciente.
Las recomendaciones actuales para diagnosticar el colon irritable quedarían así:
- -Tipo de síntomas: son los mismos que los establecidos en los criterios de Roma IV, pero se añade la sensación de molestia– y no solamente el dolor- como criterio para el diagnóstico. Se considera que los síntomas son molestos cuando interfieren con las actividades diarias, requieren atención o preocupan al paciente y se percibe que causan un deterioro en la calidad de vida. Es la molestia de estos síntomas lo que lleva a los pacientes a buscar atención médica y a los médicos a tratarlos.
- -Frecuencia de los síntomas: si son lo suficientemente molestos como para buscar atención médica o requieren tratamiento son suficientes para justificar el diagnóstico. Cuando esto sucede se recomienda que la frecuencia de los síntomas no sea un criterio obligatorio para el diagnóstico.
- -Duración de los síntomas. Los criterios de Roma IV requieren al menos seis meses desde el inicio de los síntomas y tres meses cumpliendo los criterios diagnósticos. El marco de tiempo excluye principalmente afecciones de corta duración, como una infección aguda o eventos menores, en los que es probable que los síntomas desaparezcan o se evalúen lo suficiente como para excluir otros diagnósticos. Sin embargo, los criterios de duración pueden acortarse hasta dos meses, cuando un médico ha evaluado los síntomas lo suficiente y otros diagnósticos se excluyen con seguridad.
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