Qué es la hepatitis C. El hígado es uno de los órganos fundamentales del cuerpo humano. Su infección por virus puede llegar a producir una hepatitis crónica.La hepatitis C crónica es una enfermedad que ocurre cuando el virus de la hepatitis C permanece en el cuerpo de la persona.
Con el tiempo, puede provocar problemas hepáticos graves, incluyendo daños al hígado, cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado.”Hepatitis” significa inflamación del hígado. El hígado es un órgano vital que procesa los nutrientes, filtra la sangre y combate infecciones. Cuando el hígado está inflamado o dañado, su función puede verse afectada. Las hepatitis pueden ser provocadas por distintas causas como el alcohol, fármacos o virus.Los virus de la hepatitis se designan con las letras del abecedario y actualmente se conocen los virus de la hepatitis A , B , C , D y E . Estos virus tienen tendencia a dañar el hígado pero presentan diferencias entre sí. No confieren inmunidad entre ellos, por lo que una persona podría padecer las diferentes hepatitis víricas y de hecho hay pacientes co-infectados por ejemplo por el virus B y el C a la vez. Además se diferencian en el modo por el que se transmiten: oral en el caso del A y E, a través de la sangre en el C y por la sangre y fluidos corporales en el B. También se diferencian en su evolución, ya que mientras algunos virus solo pueden producir hepatitis agudas (como el A y el E), en otros existe la posibilidad que se produzcan hepatitis crónicas (el B , el C y el D), que en algunos casos puede dar lugar a la larga a cirrosis e incluso cáncer de hígado.
En España existen unas 800.000 personas infectadas por el virus de la hepatitis C (VHC). La enfermedad cursa sin producir síntomas en la mayoría de los casos, por lo que se calcula que solamente están diagnosticadas una cuarta parte de las personas infectadas.
Cómo se transmite.Al igual que ocurre con otras infecciones, los enfermos con una hepatitis aguda producen anticuerpos dirigidos contra el virus de forma que, en un período variable de tiempo, disminuye la inflamación y los virus son eliminados. Sin embargo, en determinados casos, los virus de la hepatitis escapan a la acción de los sistemas defensivos inmunitarios. En estos casos, la inflamación persiste en el tiempo y aparece la llamada hepatitis crónica La infección por el VHC se transmite fundamentalmente mediante el contacto con la sangre de una persona infectada, como por ejemplo por haber recibido transfusiones antes de 1990, haber compartido jeringuillas, recibir inyecciones con agujas no desechables, la hemodiálisis y la transmisión de una madre infectada a su hijo recién nacido. La transmisión por vía sexual es muy infrecuente en el caso del VHC, si bien el riesgo puede aumentar en casos de promiscuidad sexual. El VHC puede transmitirse de la madre al hijo durante el parto en solo un 2-5% de los casos. La lactancia materna no supone un riesgo de transmisión del VHC, por lo que no está desaconsejada. También deben hacerse la prueba de la hepatitis C las personas que presenten un aumento de transaminasas de causa no justificada. Hoy día no existe una vacuna para evitar una infección por el VHC ni se dispone de una profilaxis efectiva para evitar la infección después de la exposición al virus.
Qué síntomas produce. La mayoría de los pacientes con hepatitis crónicas presentan pocos síntomas o se están totalmente asintomáticos. Los síntomas más frecuentes son la fatiga, en general intermitente, el dolor o molestia en el cuadrante superior derecho del abdomen, la falta de apetito y a veces la aparición de náuseas. La hepatitis C aguda es una enfermedad de corto plazo que ocurre dentro de los primeros seis meses después de que la persona se expone al virus de la hepatitis C. Por razones que se desconocen, entre el 15% y el 25% de las personas “eliminan” el virus sin tratamiento. Aproximadamente, del 75% al 85% de las personas que se infectan por el virus de la hepatitis C desarrollan una infección “crónica” o de por vida.
Cómo se diagnostica. A partir de una hepatitis aguda se considera que se ha producido la cronificación cuando las alteraciones de los análisis se mantienen al menos seis meses después del diagnóstico. En la mayoría de los casos el diagnóstico de HC se realiza al observar una elevación de las transaminasas o la positividad de los anticuerpos frente al VHC (anti-VHC) en un análisis de rutina. La elevación de las transaminasas en la hepatitis crónica es mucho menor que la de la hepatitis aguda. Generalmente los niveles de transaminasas en la sangre persisten elevados de forma continua o intermite durante años sin que exista una clara relación entre dicho nivel y el grado de lesión que aparece en el hígado. En un subgrupo de pacientes los niveles de transaminasas en la sangre se mantienen siempre normales a pesar de la persistencia del virus.
Cómo se trata.Los objetivos del tratamiento de las hepatitis crónicas víricas son eliminar el virus y evitar la progresión de la inflamación del hígado. Con ello se reduce el riesgo de desarrollo de cirrosis y sus complicaciones como el cáncer de hígado. El trata- miento de la HC por VHC se realiza en la actualidad mediante interferón IFN pegilado y ribavirina con unas dosis y una duración que dependen de varios factores, como el genotipo, la carga vírica y la rapidez de la respuesta. En ocasiones se puede añadir boceprevir y telaprevir. El tratamiento con IFN pegilado puede producir efectos secundarios que suelen ser más intensos al inicio del tratamiento.Los pacientes pueden tener síntomas parecidos a los de la gripe, como malestar, dolores musculares, cansancio y fiebre. Además pueden aparecer otros efectos secundarios como anemia, alteraciones del estado de ánimo o reacciones cutáneas. Además las tasas del curación están alrededor del 50-80% de los casos.Por todo esto se han desarrollado nuevos fármacos para el control de la hepatitis C
Nuevos tratamientos para la hepatitis C. A finales de 2013 la FDA aceptó el uso de nuevos tratamientos contra la hepatitis C el Sofosbuvir (Sovaldi™ en USA) y el Simeprevir (Olysio™). Algunos ensayos clínicos han mostrado tasas de curación de la hepatitis C crónica de hasta el 80%-95% con estos nuevos fármacos.Sofosbuvir (Sovaldi™) es un inhibidor de los análogos del nucleótido del enzima de la polimerasa NS5B que juega un importante papel en la replicación del virus C. Se usa de forma oral con una dosis diaria de 400 mg. Es el primer medicamento que se ha indicado para la hepatitis C sin necesidad de inyectarse interfeón, en combinación con ribavirina para infección por genotipos 2 y3. También se usa combinado con IF para pacientes con genotipos 1 y 4.Simeprevir (Olysio™) es un inhibidor de proteasas que bloquea una proteína específica que necesita el virus de la hepatitis C para multiplicarse. Se usa combinado con peginterferon-alfa y ribavirina para infecciones de genotipo 1. Se toma por vía oral a una dosis de 150 mg al día.
Estos nuevos medicamentos puede suponer por tanto una mejora sustancial en el tratamiento de la hepatitis C, además de una mayor comodidad de uso al no necesitar utilizar inyecciones.
Mas información
Asociación Española para el Estudio del Hígado
Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C
Centro Nacional de Información sobre Enfermedades Digestivas de USA
Organización Mundial de la Salud
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