La esofagitis eosinofílica se caracteriza por episodios de disfagia, la dificultad para el tránsito de alimentos a través del esófago. El paciente nota que la comida -incluso líquidos- una vez tragada no avanza correctamente hacia el estómago. A veces se llega a quedar atascada en mitad del pecho, una sensación que puede ser muy molesta y angustiante para el paciente.
La esofagitis eosinofílica se produce por una reacción alérgica a diversos alimentos, especialmente la leche. Esa alergia ocasiona el acúmulo de un tipo de glóbulos blancos llamado eosinófilos en las paredes del esófago. Dicho acúmulo ocasiona una alteración de los movimientos del esófago y el impedimento para el paso correcto de la comida a través del mismo.
Cuando el médico sospecha esta enfermedad le realiza una endoscopia al paciente.
Al hacer dicha prueba verá la presencia de alteraciones, como estrías, exudados y anillos, sugestivos de esofagitis eosinofílica. Incluso en ocasiones se ven zona estrechas que dificultan o impiden por completo el paso del endoscopio. El diagnóstico se confirma mediante la toma de biopsias.
El tratamiento de la esofagitis eosinofílica se basa en una dieta, corticoides locales e inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol y derivados.
En el vídeo pueden observar cómo se ve una esofagitis eosinofílica durante una endoscopia.
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