Uso del balón intragástrico para el tratamiento de la obesidad

Más de 1.400 millones de adultos en todo el mundo tienen sobrepeso u obesidad. La obesidad aumenta el riesgo de otras enfermedades como la diabetes, la hipertensión y enfermedades del corazón. Una pérdida de peso del 5 al 10 por ciento puede ser suficiente para retrasar o prevenir la aparición de enfermedades relacionadas con la obesidad.

El balón intragástrico es un método temporal para inducir la pérdida de peso. Consisten en la colocación en el estómago de balones llenos de aire o suero salino. Hay varios tipos. Los más utilizados se colocan mediante endoscopia, permaneciendo en el estómago durante unos seis meses. En este vídeo puede ver cómo se colocan. Tras este tiempo se retiran, también con endoscopia.Ayudan a bajar de peso por promover la sensación de saciedad y retrasar el vaciamiento del estómago.

Hay casos en los que no se pueden poner:

-Cirugía gástrica previa
-Trastornos de la coagulación
-Lesión que sangra activamente en el tracto gastrointestinal superior
-Embarazo o deseo de quedar embarazada
-Alcoholismo o drogadicción
-Enfermedad hepática grave
-Contraindicaciones para la endoscopia

Las contraindicaciones relativas al balón intragástrico son:

-Cirugía abdominal previa
-Hernia de hiato grande
-Enfermedad intestinal inflamatoria
-Uso crónico de antiinflamatorios
-Trastornos psiquiátricos no controlados

La seguridad de los balones intragástricos difiere, dependiendo de si están llenos de líquido o de gas y se colocan por endoscopia o se tragan. En general, los sistemas llenos de gas se toleran mejor que los sistemas llenos de líquido. Los sistemas de globo que se tragan causan menos complicaciones que los colocados endoscópicamente.

Todos los pacientes tratados con balones intragástricos deben someterse a pruebas y, si es necesario, tratamiento para Helicobacter pylori antes de la colocación del balón. Además todos los pacientes deben recibir tratamiento con inhibidores de la bomba de protones -omeprazol y derivados- mientras el balón está colocado, para reducir el riesgo de ulceración gástrica.

Tras colocar el balón intragástrico, nueve de cada diez pacientes tendrán algún tipo de molestia debido a la acomodación gástrica al balón. Los síntomas típicos incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal, reflujo ácido, eructos, dispepsia y estreñimiento.Algunos pacientes continúan experimentando síntomas significativos después de la primera semana e incluso algunos requieren la retirada del balón. Los efectos secundarios graves, como la migración del balón o la perforación gástrica son raros aunque hay incluso algún caso de mortalidad.

Aunque en general son seguros y efectivos para controlar la obesidad a corto plazo, son medidas temporales y lo habitual es que los pacientes vuelvan a subir de peso después de retirarlos. En un estudio de 500 pacientes solo la mitad mantuvieron una pérdida de peso mayor del 20 % un año después de la extracción del balón. Una cuarta parte de los pacientes mantuvo esta pérdida de peso a los cinco años. A los 10 años, no hay diferencia entre la terapia con balón y los cambios en el estilo de vida.
Por lo tanto el cumplimiento del paciente con las modificaciones del estilo de vida es esencial para lograr y mantener la pérdida de peso durante y después del tratamiento. Con dieta y ejercicio continuos, se puede mantener el 50 por ciento de la pérdida de peso lograda durante al menos un año después de la extracción del balón.
Por tanto el balón intragástrico se puede recomendar a personas con obesidad que no han conseguido perder peso solamente con dieta y ejercicio. Sin embargo el paciente debe estar dispuesto a mantener el cambio en el estilo de vida después de la retirada del balón.

Últimas entradas de Onofre Alarcón (ver todo)